Ford invierte en la producción del Lincoln MKC 2015

El nuevo voto de confianza que recibe la firma de lujo se fundamenta en la buena recepción del producto ante el público, el constante aumento de ventas del segmento y la llegada del modelo a China.

Noticias | conduciendo | 27/08/2014 | Compartir

Ford Motor Company, propietario de la marca de lujo Lincoln, anunció la contratación de 300 nuevos empleados y una inversión de $129 millones en planta de montaje de Louisville para apoyar la producción de la nueva MKC 2015.

A pesar de que durante los últimos meses de Alan Mulally como CEO de la marca del óvalo se corrió el rumor de que se tenía intenciones de deshacerse de Lincoln, el arribo a la dirección de Mark Fields generó que se le de una nueva oportunidad a la filial premium. Y parece que fue la decisión correcta, puesto que a pesar de que las ventas del MKS, MKT y Navigator no se alzan con los mejores valores, el nuevo MKC lleva comercializados desde el pasado mes de mayo -cuando salió a la venta- un total de 2.895 vehículos.

Esta situación, el amplio y repentino crecimiento del segmento en los últimos años (desde 2008 hasta la fecha aumentó en un 600%) y que este SUV se comience a exportar al mercado chino a finales de 2014, es la que terminó de inclinar la balanza para el lado de apoyar y fomentar la producción del flamante crossover.

Con la incorporación de los 300 empleados, Ford logra más del 75 por ciento del camino hacia su objetivo de crear 12,000 puestos de trabajo por hora en los Estados Unidos para el 2015. “Los nuevos puestos de trabajo se suman a 4.600 miembros del equipo de la UAW de la planta, una hazaña fantástica surgida a través de la negociación colectiva entre la UAW y Ford para apoyar manufactura de Estados Unidos”, dijo Jimmy Settles, vice presidente de la UAW, en el Departamento Nacional de Ford.

Asimismo, esta nueva inversión de $129,000,000 también apoya a los proveedores, que son más de 110 en todo Estados Unidos, incluyendo 17 en el estado de Kentucky.

Vale destacar que en 2010 Ford ya había invertido $600 millones en la planta de montaje de Louisville para que ésta se transforme en una instalación moderna, flexible, con herramientas y mejoras de instalaciones en su área de montaje y el cuerpo del vehículo. Gracias a esto, esta factoría ya había quedado lista para la producción de varios modelos al mismo tiempo, sin necesidad de tiempo de inactividad para el cambio de herramientas, lo que la posiciona como una de las más flexibles de la compañía en el mundo.