Lexus IS 350

Por su diseño y deportividad el IS 350 demuestra que es un firme oponente a las marcas alemanas. La diversión al volante esta asegurada con un desempeño sin fisuras y 306cv de potencia.

Pruebas | conduciendo | 12/01/2007 | Compartir

Desde su lanzamiento ya estábamos impactados por las formas del modelo IS (que además del probado también tiene la versión menos potente denominado 250). Lexus supo conjugar un gran estilo deportivo en un sedan de cuatro puertas y ofrecer un producto que verdaderamente sorprende por su prestaciones y desempeño general.

Creemos que luego de un largo viaje la marca de lujo -de la cada vez más poderosa Toyota- ha apuntado a un lugar concreto: el nicho de consumidores que optaban hasta ahora por el BMW de la serie 3, que representa un automóvil potente pero a la vez deportivo, funcional y para gente de mediana edad con espíritu juvenil a los que les gusta la velocidad.

El objetivo se ha logrado, el IS 350 es realmente deportivo y lo demuestra en su pequeño voladizo delantero que lo hace lanzado en forma de cuña, su trompa agresiva y su rodado de 18 pulgadas de buen diseño. Ese espíritu se siente a la perfección cuando manejamos el vehículo ya que las suspensiones resultan ser rígidas y los neumáticos utilizados de un perfil de tan sólo 40 mm. A pesar de ello el auto no pierde el confort y por la ciudad se desenvuelve muy bien sin copiar de una manera perfecta las desproligidades del terreno, lo que nos ha sorprendido gratamente.

El puesto del conductor es cómodo y se ajusta correctamente a la visión de la carretera y al agarre del volante, el que resulta de una dimensión pequeña hasta que un poco de conducción hace que las manos se acostumbren con facilidad. El encendido del motor es por medio de un botón y se diferencia de algunos modelos que también se encienden del mismo modo por que en este Lexus no necesita insertar una llave o tarjeta en ningún sitio, sino que tan solo el vehículo capta la cercanía del mando a distancia para abrir las puertas y se conecta con él para dar luz verde al arranque. Después de acostumbrarse es interesante, aunque uno no sabe donde dejar dentro del vehículo el comando a distancia.

El interior es sobrio pero realizado en buenos materiales, destacándose una amplia consola central que divide a las dos plazas delanteras que se encuentra revestida en madera e incorpora en ella a la palanca automática secuencial y un apoyabrazos de interesante desplazamiento longitudinal. Si bien las plazas delanteras son verdaderamente confortables, no podemos decir lo mismo de las traseras que son evidentemente acotadas y resulta difícil que entre un adulto ya que no puede ubicar las piernas correctamente, excepto que lo haga de manera incómoda.

La versión que nos tocó probar no contaba con el display y las funciones de navegación que son opcionales (aunque en el IS 350 creemos que debería tenerlo de serie) y que cuando lo equipa hace modificar la consola de mandos debido a que la pantalla realiza la gran parte de las funciones. Más allá de ello, el resto del aquipamiento es adecuado para el segmento al que pertenece. Resulta un poco rara la forma en que están ubicados los alzacristales eléctricos en las plazas delanteras ya que están un poco más alejados que lo común y sobre una panel puesto en forma oblicua, aunque ello, una vez entrenada la mano, no resulta incómodo.

Como hemos adelantado, lo mejor de este sedan es su deportividad, dinamismo y aspecto. Al manejar el IS 350 se obtiene grandes emociones y entusiasmo. Acelerar, frenar y doblar es muy grato y lo hace con mucha solvencia. Para aquellos que gustan de esa conducción más extrema es muy satisfactoria ya que nunca dejamos de «sentir al auto», el que deberá estar gobernado por el piloto por que la asistencia electrónica, si bien adecuada, no corrige todos los efectos de la conducción y nos permite divertirnos al volante. Justamente esa característica es la que, en curvas cerradas, lo hace sacar un poco la cola –sintiéndose la inercia- y hay que corregirlo con el volante y los pies. Pero es justamente esa sensación la que determina el carácter del IS 350 y lo hace un muy buen producto para sus clientes poco aburridos.

Si de poco aburrimiento se trata, tomar el volante con las dos manos, colocar la palanca en modo secuencial y conducirlo como a un auto de carreras con los mandos tipo paletas nos mostrará que este Lexus es capaza de comportarse como un lobo feroz, tanto cuando nos pegue la espalda contra el asiento por una contundente aceleración, como por el correcto frenado que nos dará paso a volver a acelerar con máximo placer los 306 caballos de potencia que sobrepasan cualquier expectativa ciudadana.

El par motor es excelente y el auto responde tan bien a bajos regimenes como lo hace a las 4.000RPM obteniendo una dinámica de manejo muy agradable sin que nos sea necesario pasar la marcha que de por sí es muy suave.

La caja de seis velocidades es muy apropiada, tanto para «jugar» con ellas en su faz deportiva o para conducir relajadamente en la posición automática por que se la nota relajada a todo régimen ayudada por un casi imperceptible paso del cambio.

En definitiva, nuestra evaluación ha sido muy positiva respecto del Lexus IS 350. No es un auto familiar y debe valorarse como para el uso cotidiano para dos personas. Es un auto bello y de carácter. Es sedan pero extremadamente deportivo. Es confortable y ciudadanos, pero muestra su segunda faceta juvenil y atrevida. Conjunciones difíciles de lograr pero que se han reunido en este gran japonés que parece que podrá «tomar la delantera».