Primer contacto: Toyota Corolla 2014

Evidentemente más atractivo y deportivo por dentro y por fuera, a la hora de desplazarse mantiene una actitud similar al modelo anterior, aunque con algunas mejoras.

Pruebas | conduciendo | 17/03/2014 | Compartir

El nuevo Corolla ha cambiado mucho en su estilo exterior e interior, tal como lo mencionábamos cuando fue develado a la prensa en Brasil. Sin embargo su esencia se encuentra intacta al igual que sus intenciones.

Hemos tenido un breve contacto con el vehículo (la versión manual de entrada a la gama) y notamos que mantiene intacta su filosofía. Es decir, ahora bajo un manto más moderno, sigue manteniéndose como un auto medio sin estridencias en ningún aspecto dinámico.

Al mantener el motor 1.8 litros de 140 caballos no se percibe diferencia en su potencia ya que no ha variado sustancialmente su peso. Esto permite aceleraciones modestas y sumamente racionales, eficientes para ciudad y ruta por igual, pero sin pretensiones para aquellos que busquen algo con mayor reacción. Es que el público al que se dirige aún no ha requerido mejorar la potencia, que es realmente suficiente para el estilo de conducción típico del Corolla. Por ello la marca tampoco se ha movido de ahí y solo se dedicó a incorporar una nueva transmisión automática de siete marchas tipo CVT para reemplazar a la vieja de cuatro marchas.

Sí son notorias ciertas mejoras en insonorización de marcha y espacio interior, donde al aumentar la distancia entre ejes lograron mayor habitabilidad en las plazas traseras y en las delanteras gracias a su nueva consola más retirada.

Mantiene también la esencia en cuanto a que brinda una correcta posición de manejo y buena visibilidad. Lo mismo sucede con su dirección perfectamente asistida. Las calidades apreciadas son similares a las del modelo reemplazado, manteniéndose muy buenas texturas en el frente y la parte alta del tablero y no tanto al bajar la mirada.

Además de la nueva carrocería sus destacados son evidentemente la incorporación de siete airbagas, el nuevo volante (igual al del Rav4 2013), su mejorada habitabilidad y la incorporación de navegador, acceso sin llave y botón de arranque para las versiones más equipadas y los faros halógenos.

El atinado cambio estético marcó un rumbo más osado de Toyota, pero ello no rompió ninguna regla de la marca en su faz dinámica. Probablemente su aspecto más deportivo permita en un futuro lanzar una versión más potente, con llantas más grandes y detalles especiales. A diferencia de la edición anterior ahora parece valer la pena esa incursión.