PRUEBA: Cadillac Escalade 2007

Lujo, calidad y gran diseño interior hacen del Escalade 2007 un SUV que nada tiene que envidiar a sus rivales europeos.

Sin categoría | conduciendo | 11/01/2007 | Compartir

La Escalade 2007 viene a mejorar a su antecesora en varios aspectos, pero hay que recalcar el virtuoso esfuerzo de GM por mantener esta línea de productos.

Ha mejorado no solo la calidad de los materiales utilizados, sino que el diseño interior apunta a competir de frente contra sus rivales europeos. Si bien mantiene cierto estilo americano afianzó el espacio que ocupa en el mercado haciendo un gran vehículo tipo SUV de lujo. Tal es así que nos daría mucho gusto ver que General Motors adopte algunos componentes o materiales que utiliza para Cadillac en otras marcas de la compañía por más que no se trate de marcas de lujo.

La Escalde 2007 es realmente grande y alta, con similares dimensiones y estética que su renovada prima, la Chevrolet Tahoe. Por el lado del diseño exterior la renovación ha sido muy importante y le confiere una mejora sustancial, la que se refleja en un diseño muy bien logrado donde se destaca un frente imponente y un lateral limpio y un gran portón trasero. Su aspecto ha ganado deportividad, la que se refleja en los faros delanteros, los rines y la toma de aire laterales que le sientan muy bien, todo ello bien integrado a ciertos detalles propios de la marca de lujo.

El tamaño del vehículo repercutió en un sofisticado pero sobretodo amplísimo interior. La habitabilidad es uno de sus aspectos más notables, pudiendo ubicar a siete personas cómodamente, las que poseerán dentro del Escalade muy buena movilidad y espacio de sobra para el esparcimiento. Eso sí, la configuración para siete pasajeros elimina casi por completo la utilización del maletero.

Las butacas delanteras son amplias y cómodas, y contrariamente a las utilizadas por las marcas alemanas son extremadamente mullidas, adoptando casi un carácter de sillón y con poca sujeción lateral. La misma característica posee la segunda línea de asientos de dos butacas independientes y apoyabrazos individuales, las que tiene posibilidad de ser recostadas.

El diseño interior demuestra la exclusividad de la marca y se despega favorablemente del tradicional estilo interior de las camionetas estadounidenses. Por ello se destaca una importante consola central dominada por madera. La calidad del vehículo en todos sus aspectos es irreprochable, tanto por la nobleza de los materiales utilizados y por las terminaciones como, por ejemplo, la de los asientos forrados en cuero.

La consola central es grande y posee todos los mandos bien ubicados, destacándose en forma central la pantalla multifunción que incluye el navegador satelital, DVD, las funciones de la radio y otras funciones del vehículo. Dos puntos a destacar son la utilización de la pantalla para visualizar – mediante cámara insertada en el portón trasero- todo el terreno que tenemos por detrás cuando colocamos la reversa -al que se le suma indicador sonoro-, sino también el espectacular sonido que reproduce el equipo de marca Bose.

El motor, un V8 del tipo Vortec de 6,2 litros y 403 caballos de fuerza empujan a éste auto de gran peso de una manera correcta. El auto resulta suave, estable y se desenvuelve muy bien a velocidades constantes por más que estas sean elevadas. Los registros de aceleraciones son buenos aunque obviamente por la altura y el peso de la camioneta no son de las características mas destacables a pesar su rendimiento es irreprochable.

De todos modos, el empuje del motor conjuntamente con su sonido -casi musical par algunos- hace que quien lo conduce reciba una especial sensación de poder y que nada lo podrá detener dentro de su Cadillac Escalada. Concepto que no es menor al momento de sentir que estamos ante un auto de lujo y potente.

La caja automática de seis velocidades tiene un buen funcionamiento y se relaciona muy bien con el resto del conjunto motriz. La suspensión, si bien blanda no salta demasiado, lo que brinda cierta seguridad al conductor, aunque no deja de ser un vehículo alto, con un gran despeje del suelo y no tan deportivo como otros modelos de la competencia porque tiene una virtud casi familiar.

Es por ello que si el consumo de combustible no es un problema fundamental para quien lo conduce, este vehículo puede funcionar como un aliado ideal para los amantes del confort y el espacio, logrando que el viaje sea placentero, entretenido y confortable.