Test: Ford Focus Hatch Titanium Powershift

Renueva su estética, agrega algunos equipamientos de confort y de seguridad y mantiene el excelente comportamiento dinámico y su calidad. Su valor está alcanzado por la primera escala del impuesto.

Pruebas | conduciendo | 03/08/2015 | Compartir

Los casi $90.000- que hay de diferencia entre la versión SE Plus AT y la Titanium AT me hacen pensar que esta variante no es la más atractiva para realizar un test. Dentro de las principales evaluación que realizo a la hora de una prueba, está la relación precio/producto y es por eso que me llama la atención que Ford me haya ofrecido este modelo para tenerlo una semana bajo mis mandos.

Está claro que muchos de los avances que tiene este restyling fueron incorporados en la versión tope de gama y ahí es cuando empiezo a entender el porqué de la prueba sobre el Titanium AT. Hoy voy a cambiar mi manera de evaluar y a tratar de dejar de lado esa relación por qué mucho de sus competidores están en la misma situación y sino lo están es por qué las marcas no quieren aceptarlo e informan un precio que no es real.

El Ford Focus 2015 renueva su estética con la parte delantera que incluye la nueva parrilla con listones cromados y las ópticas más alargadas con faros bixenon. A su vez, la parte trasera es parecida a su antecesor, sólo se modificaron las ópticas que ahora son un poco más rasgadas. Las últimas novedades son las llantas de aleación de 17 pulgadas que siguen siendo tonalizadas pero con un poco menos de negro y los faros bi-xenón direccionales que ahora tienen un Modo Dinámico, que cambia el alcance del haz de luz en función de la velocidad.

El interior mantiene las líneas Kinetic con una consola central orientada hacia el conductor, todas las tecnologías habituales de los productos globales de Ford y la pantalla LCD táctil de ocho pulgadas con el sistema SYNC, navegador, cámara de retroceso y sistema de audio SONY con reproductor de CD, MP3 y nueve parlantes Hi-Fi.

La novedad en cuanto a tecnología es la incorporación del MyKey, que permite configurar al vehículo de diferentes maneras. Este sistema está pensado y desarrollado para que los padres puedan colocar ciertas funciones cuando le prestan el auto a los hijos. Así se puede regular la alerta de velocidad máxima y el apagado del equipo de audio si alguien se desabrocha el cinturón de seguridad.

La posición de manejo es buena. El volante multifunción de nuevo diseño se regula en altura y profundidad, y la butaca del conductor tiene ajustes eléctricos. La terminación del diseño exterior hace que los adultos que están ubicados en los costados de las plazas traseras tengan suficiente lugar para la piernas (el del medio tiene un falso túnel de transmisión); pero los que superen la altura media habitual se molestarán con la altura del techo. Además, el baúl, donde está ubicada la rueda de auxilio temporal, cuenta con unos 316 litros de capacidad y es uno de los más chicos del segmento.

A pesar de encontrar algunos defectos en la terminaciones, el Ford Focus es uno de los mejores vehículos producidos en el MERCOSUR. La calidad de los materiales, el tapizado de cuero y los plásticos blandos están por encima de la media del segmento.

Desde su nacimiento una de las mejores cualidades del Ford Focus es el confort de marcha. Esta cualidad se debe a varios ítems pero se puede hacer hincapié en la motorización naftera de 2.0 litros y 170 caballos de potencia a las 6600 revoluciones por minuto y la suspensión trasera de brazos independientes que la da grandes beneficios con respecto al eje rígido que equipan varios de sus competidores.

El mejor desempeño de este motor naftero se puede conseguir en las rutas y las autopistas porque tiene buena potencia a altas revoluciones pero en baja le cuesta acelerar. Esto se hace más notorio si se combina a la caja Powershift de doble embrague que tiene una sexta marcha larga que está pensada para mejorar los consumos. Un claro ejemplo de las relaciones es que a unos 130 Km/h en ruta, el motor no alcanza las 3000 revoluciones por minuto. De esta manera, el consumo cada cien kilómetros está por debajo de los ocho litros en ruta y por encima de los doce en ciudad.

Al igual que todos los últimos modelos de Ford, el Focus es una referente de su segmento si hablamos de equipamiento de seguridad. La variante Titanium equipa seis airbags, cinco cinturones inerciales, control de estabilidad y de tracción, asistencia al arranque en pendiente, aviso de falta de presión en los neumáticos, ganchos ISOFIX, frenos a disco en las cuatro ruedas y ABS.

Pero la marca del óvalo siempre va un poco más allá e incorporó dos novedades inéditas para el segmento. La primera es el Park Assist que con sólo pulsar un botón, el vehículo busca el lugar y una vez encontrado te indica en la pantalla de la consola que se debe hacer con la palanca de cambios y con los pedales. Esto ya lo tenía el modelo anterior pero ahora agrega la posibilidad de la asistencia para el estacionamiento horizontal.

La segunda es el Active City Stop (sólo disponible en la versión Titanium), un freno de emergencia que se activa de manera automática si detecta la posibilidad de un impacto a baja velocidad. Cabe destacar que este sistema sólo funciona ante la presencia de otro vehículo. Según informa Ford, esta tecnología trabaja hasta una velocidad de 50 km/h, pero siempre debe tener una diferencia máxima de 15 km/h con el otro vehículo. Si supera la máxima o la diferencia es probable que impactes contra el auto de adelante pero seguramente los daños serán menores que lo habitual.

Parece reiterativo pero cada vez que pruebo uno de los nuevos modelos de Ford digo que estamos en presencia de uno de los referentes del segmento. Probablemente la versión Titanium AT va a ser uno de las que menos veamos por las calles argentinas. Al caer en la primera escala de los impuestos, los $370.900- parecen una locura al lado de los $296.400- del SE Plus AT.

Para hacer una conclusión voy a salir de la relación precio/producto como lo dije en uno de los primeros párrafos y me voy a enfocar en las prestaciones del Titanium AT. Con el esperado regreso del Volkswagen Golf VII, el producto de Ford empezó a tener un rival que le puede hacer sombra por sus características y prestaciones.

Haciendo un mano a mano, el Focus sigue siendo un invencible en cuanto a seguridad y tecnología, pero llama la atención que todavía no lo hayan equipado con un motor turbo como si lo tiene el producto de la marca alemana. En confort de marcha son bastante similares y en espacio interior me quedo con el Golf. Por último, y más allá que los gustos son personales, está el diseño donde la última línea Kinetic le dio un estilo agresivo al Focus y su rival quedó un poco más señorial.