Test: Honda CR-V LX 4×2

La entrada de gama del SUV mantiene el característico espacio interior, el confort de marcha y el estilo urbano del modelo. Única versión que fue afectada por el primer escalón del Impuestazo.

Pruebas | conduciendo | 14/07/2014 | Compartir

La CR-V para Honda ha sido un éxito. En realidad, la CR-V ha sido un éxito para el mercado de los SUV porque ha marcado el rumbo a seguir para todos sus competidores. Líder absoluto desde su lanzamiento hace 16 años, está desarrollada sobre la plataforma de un auto y es tan confortable como un sedan, pero tiene el espacio y las capacidades de un todoterreno sin ser tan grande como para incomodar en la ciudad.

Siendo una de las más vendidas del segmento, la CR-V tuvo un duro golpe a fines del año pasado. El impuesto a los bienes de lujo que cayó sobre la industria automotriz afectó de gran manera al segmento, que tuvo que reacomodarse para sobrevivir en el mercado. Ahora, se comercializa en dos versiones. Una 4×2 en un valor de $382.000-, que fue la que probó Conduciendo.com, y otra 4×4 que alcanza los $800.700-.

El tipo de tracción y algunas características de confort y seguridad son las principales diferencias entre ambos modelos. Lamentablemente, la opción 4×4 esta afectada por el 50% de impuesto y, por ese motivo, incrementó su precio alrededor de un 80%.

Esta pequeña explicación sobre el Impuestazo a la Industria Automotriz sirve para saber por qué probamos la versión entrada de gama. Honda ha dejado en el mercado estas dos versiones para brindarle a los históricos clientes del SUV la posibilidad de seguir teniendo una CR-V a un precio acorde. Viendo el valor del modelo 4×4, muchos se volcarán a la 4×2 y es por eso que la marca japonesa está ofreciendo esta variante para realizar un test.

La cuarta generación sufrió un importante rediseño debiendo remplazar a un modelo aún vigente y que había cumplido las expectativas del público. Mantiene las clásicas luces altas en la parte posterior y recibe un frontal con impronta similar a la línea Acura, la marca de lujo de Honda que no se comercializa en el país.

Más allá del diseño exterior, Honda no ha hecho demasiado para cambiar este exitoso modelo, manteniendo casi todo igual y mejorando levemente algunos aspectos. El tamaño de largo es el mismo, solo es un poco más ancha y apenas más baja, no repercutiendo en sus capacidades aunque la sensación de amplitud es mayor y su espacio de carga apenas superior.

La habitabilidad es perfecta para las cinco plazas. La posición de manejpo es buena. La butaca se puede regular en altura y baja lo suficiente para las personas altas y la pedalera es amplia. A su vez, en la parte trasera el asiento se puede inclinar hacia atras para mejorar la posición de la espalda y dispone de piso es plano que le da una inmejorable ubicación al quinto pasajero.

También se ha modificado al interior. Todo el instrumental ha pasado a tener una orientación horizontal y se deja de lado el típico estilo de la consola central. Los materiales de construcción siguen siendo óptimos, siempre con plásticos de buena calidad y, por lo general, superiores a la media de la industria en este segmento.

Su tamaño es ideal para una familia que guste del espacio pero no tenga grandes aspiraciones todoterreno. Aún más si hablamos de la versión 4×2 probada por Conduciendo.com, por que es claro que el vehículo está pensado para el uso citadino y para viajes en ruta. Sigue siendo un modelo grato parta conducir en ciudad y en espacios reducidos porque su estilo de manejo es similar a un sedán.

Es el SUV más suave en su desplazamiento, con un motor silencioso en bajas revoluciones y un tren de rodaje ajustado de tal forma que es sumamente placentero. Si a ello le sumamos una excelente dirección notamos que es ideal para la conducción diaria y confortable.

Su motor ha ganado algo de fuerza con unos quince caballos extras (ahora tiene 185 CV) mediante algunas mejoras en la alimentación y la inyección. Si a ello sumamos la reducción de peso nos encontramos ante una virtud no tan percibida pero que redunda en una cierta mejora del consumo de combustible pero no mucho en sus prestaciones dinámicas que siguen siendo excelentes en tramos urbanos y buenas en rutas.

Privilegia el confort a la respuesta del motor que se comporta suavemente a velocidades constantes como pueden ser los 120 km/h. sin sacrificar demasiado el consumo. En ruta gasta alrededor de diez litros cada cien kilómetros y en ciudad esta por encima de los trece en la misma distancia. Los números no son los mejores pero están en la media del segmento pero sumando a que el tanque de combustible carga sólo 58 litros, da la sensación que el consumo es aún mayor.

Lamentablemente no ofrece una transmisión con seis marchas. Si bien la de cinco es sumamente suave en su paso y no es ajustada como en otros vehículos, creemos que le hubiese otorgado menores consumos y capacidades de relajamiento superiores, lo que ya ofrecen algunos competidores. Además, tampoco cuenta con una opción secuencial que le podría ofrecer al conductor otro estilo de manejo.

La versión 4×2 solo se comercializa con el nivel de equipamiento de confort y seguridad más bajo. Dada las condiciones del segmento, estaría bueno que esta posibilidad también tenga la opción más equipada del segmento. Entre los más destacado de la versión LX 2WD MT se puede nombrar el sistema one touch en todas las ventanas, el aire acondicionado con salidas en la parte trasera, el cierre centralizado de puertas por comando a distancia y automático en marcha, la apertura del tanque de combustible desde el interior, el control de velocidad crucero, la computadora de abordo y el volante multifunción. No tiene techo eléctico y la pantalla central con navegador satelital incorporado. –ver ficha técnica

Por cierto sí posee una cómoda cámara de asistencia al retroceso y el botón Econ que adapta el modo de conducción para reducir los consumos y las emisiones, regulando aspectos relacionados con la aceleración, consumos de aire acondicionado, etc. y comunicándoselo al conductor a través del cambio de colores que se producen en el tablero de instrumentos.

En cuanto al equipamiento de seguridad, ofrece seis airbags, frenos ABS (antibloqueo) con EBD (distribución de la fuerza del frenado electrónicamente), control de estabilidad (ESP) y de tracción (TCS), cámara posterior visualizadora del retroceso, ganchos ISOFIX, cinturones inerciales en todas las plazas e indicador de cinturón de seguridad no colocado. La garantía es de tres años o 100.000 Kms. –ver ficha técnica

Con el impuesto a los bienes de lujo, lamentablemente habrá que conformarse con SUV que no sean 4×4 ni que tengan el confort que tenían antes. En realidad, si se podrá tener una de esas variantes pero habrá que pagar poco más del doble que una entrada de gama del mismo modelo. La CR-V mantiene todas las características que la llevaron a ser líder pero ahora, con este distorsionado mercado, tendremos que tener un producto de estas cualidades pero con equipamiento de un segmento menor.