Test: Porsche Cayenne Hybrid

Sin perder nada de su deportividad, la tradicional firma alemana de altas prestaciones ofrece su variante de combustible más electricidad en la que destierra cualquier mito que pueda existir sobre estos impulsores.

EcologicosPruebas | conduciendo | 11/09/2013 | Compartir

El Cayenne no solo se renovó hace poco tiempo mejorando radicalmente sino que ha ingresado en un nuevo segmento, el de los híbridos. Así se adelanta a muchos competidores, sobre todos europeos, que aún no poseen camionetas medianas-grandes con estas características.

Si bien Porsche es nueva en esta tecnología, podemos decir que de la conducción del Cayenne con motor a combustión combinado con otro eléctrico pareciera que se encuentra muy avanzada en el tema de esta alternativa. Porque la sofisticación y el refinamiento de su andar, mezcla de deportivo y un vehículo de confort, no dejó de sorprender a sus conductores.

Con las baterías situadas debajo del piso del baúl posee un impulsor extra que colabora eficientemente con el de combustión sin que esto represente ningún inconveniente para quienes lo manejen. A diferencia de muchos modelos con similar sistema, no encuentra obstáculos a la hora de pasar de un motor a otro ni genera ningún signo evidente para el conductor más que por lo que muestra en sus tecnológico recuadro digital del tablero.

El Cayenne informa permanentemente qué motor está funcionado, de qué manera fluye la energía de la batería y con cuál de los motores estamos manejando. De esta forma también podemos conocer la manera en que estamos gastando el combustible o la energía eléctrica para mejorar la performance en el rendimiento.

Cabe agregar que con el Cayenne probado es posible llegar muy lejos. No solo que la baja de consumo es notoria por su motor eléctrico, sino que posee un tanque de combustible extendido que hará menos frecuente la parada a repostar.

El comportamiento de este SUV es sobresaliente. La potencia combinada de ambos impulsores de 380 CV lo hacen desplazar en cualquier terreno con capacidad excedente. No posee el mismo desempeño dinámico que el V8 de 500 CV o el S de 400, pero supera los 300 CV de la versión más acotada y pareciera que no le es necesario más que lo que detenta. Porque siempre ha respondido a la hora de exigirlo y poner a prueba sus reprises.

El hecho de tener una carrocería adaptable en forma manual o automática al tipo de conducción o al gusto del usuario lo transforman en un deportivo de pura raza o en una camioneta más elevada para trayectos diarios. En la versión probada nos encontramos con las llantas de 20 pulgadas propias del modelo 911 que no solo mejoran sustancialmente la estética sino que contribuyen a su mejor desempeño dinámico en curvas.

Es de destacarse su transmisión exquisita. Se trata de la PDK de 8 marchas que imperceptiblemente pasa los cambios pero a la vez permite que el conductor siempre tenga la capacidad para efectuar, con máxima precisión, los cambios en la forma correcta y de manera manual.

Si ingresamos en el habitáculo nos encontraremos con detalles propios del pack u opcionales que posee la versión probada que, sumados al costoso conjunto de neumáticos y llantas y rango extendido, posee techo integralmente vidriado con la capacidad e abrirse, cinturones de seguridad en color (que le dan un toque sumamente cool) e insertos en metal cromado.

Todo se encuentra en gran cantidad y calidad, lo que permiten confort a granel sin dejar de lado la exclusividad de la marca.