Test: Volkswagen Amarok 4×4 AT MY2016

Es una de las más confortables del segmento. Combina el Turbo Diesel de 180CV con una excelente transmisión automática de ocho marchas. La línea 2016 incorpora algunas mejoras técnicas.

Pruebas | conduciendo | 30/10/2015 | Compartir

Hace unos días en una conversación con algunos colegas donde el tema central eran las pick-ups, escuché una frase que definió el segmento de la mejor manera: «cada modelo tiene su lugar y su espacio preferido», dijó el hombre cuando se refería a la Chevrolet S10. De esta manera también se puede catalogar a la Volkswagen Amarok porque pasan las pruebas y no me deja de sorprender su confort de marcha en ruta.

Esta vez aproveché el test para pasar un fin de semana en Santa Rosa, La Pampa. Alrededor de 1500 kilómetros en un puñado de días me alcanzaron para reconfirmar que el espacio que ocupa la Amarok en el segmento es el de «la pick-up para viajar».

Con tres personas a bordo y un par de bolsos cargados partimos hacia la capital de la provincia pampeana. El espacio interior es más que suficiente para cuatro adultos. Si son cinco también pueden caber pero sería bueno que el más “menudito” vaya en la posición del medio. Hay buena distancia de altura y los pasajeros de la segunda fila tienen poco lugar para las piernas, aunque aún así es el mayor del segmento.

Puede que la posición de manejo no sea de estilo deportivo como en un compacto, pero tener al alcance de la mano los comandos de la radio, del control crucero, de los alzacristales, del climatizador y de los espejos exteriores eléctricos; hacen que uno se olvide que en realidad está a bordo de una pick-up. Con las regulaciones del volante (altura y profundidad) y la butaca se puede encontrar la ubicación exacta. Del mismo modo, ya sea por la calidad de los rudimentarios plásticos rígidos y las terminaciones, como por los tapizados de cuero, las sensaciones remiten a un automóvil de gama mediana-alta.

La motorización sigue siendo el turbodiesel de 2.0 litros que desarrolla unos 180 caballos de potencia -cuando se lanzó tenía 163CV- a 4.000 revoluciones por minuto. La aceleración es buena, aunque hay que esperar -unas milésimas de segundos- que se conecten los turbos para tener una respuesta agresiva. Alcanza una velocidad máxima de 177 kilómetros por hora.

El paso de los kilómetros es un aliado para confirmar las sensaciones que tengo de la Amarok. El confort de ruta es de los mejores, a pesar de las llantas de 19 pulgadas. Los tres que viajamos coincidimos que la insonorización y la suavidad del motor es de excelencia. Si tendría que destacar algo de la pick-up alemana considerando todos los modelos del segmento, claramente elijo la dinámica que tiene porque responde de la mejora manera tanto en ruta como en los caminos off-road.

La motorización se combina con la placentera transmisión automática de ocho marchas. En la posición “D” siempre trabaja a bajas revoluciones y privilegia el confort. En los tramos rectos y a velocidades constantes por encima de los 100 km/h el sistema automático se encarga de colocar la relajadísima última marcha. Claro que en esa circunstancia pierde la posibilidad de recuperar la capacidad de aceleración; para esos casos tiene la opción de conducir secuencialmente y decidir en forma manual la marcha que queremos. Sin embargo, como casi siempre termina sucediendo, en los tramos habituales terminas entregandote mansamente a la caja automática.

Aunque hicimos más caminos por ruta que por la ciudad, el consumo promedio durante la prueba fue de poco menos de ocho litros cada cien kilómetros. Viajando por tránsito extraurbano y a una velocidad de 100 Km/h. se puede llegar a hacer unos 1000 kilómetros sin respostar, gracias a que la capacidad del tanque de combustible es de 80 litros.

Estéticamente no ha tenido grandes variaciones desde su lanzamiento al mercado argentino. Los «grandes» cambios que agregó el Model Year 2016 es que las versiones Highline ahora pueden equipar faros bixenón con luces de leds, espejos exteriores con plegado eléctrico y llantas de 19 pulgadas. Además, la parrilla delantera agrega dos listones cromados. –ver ficha técnica

El interior mantiene las líneas tradicionales de toda la gama de Volkswagen. La consola central se divide en dos. Por encima está la pantalla que incorpora el reproductor de radio AM/FM de doble DIN con cargador para CD y navegador satelital. Por debajo está presente todo los controles del climatizador automático bi-zona. Además, cuenta con el volante multifunción que permite acceder a las funciones de GPS, teléfono, equipo de audio, sistemas de conectividad y las diferentes funciones de la computadora de abordo.

A medida que fueron pasando los años, la Amarok fue incorporando difentes elementos de confort para estar a la altura del segmento. Algunas de las características que disponía la versión probada son: volante y tapizados recubierto en cuero, alzacristales eléctricos con one touch en todas las ventanas, control de velocidad crucero, espejos exteriores eléctricos calefaccionables y control de descenso en pendientes. –ver ficha técnica

En cuanto a seguridad está bastante bien equipada aunque está por debajo del nivel de la Ford Ranger. De serie, esta versión suma cuatro airbags, frenos ABS con modo off-Road, control de tracción, control de estabilidad, asistencia en ascenso y descenso, antiniebla delanteros y traseros, faros Bi-Xenon, luces de posición tipo LED, asistente sonoro para el estacionamiento y ganchos ISOFIX para ajustar silla de niños. –ver ficha técnica

Parece reiterativo pero pasan las pruebas y no dejo de creer que si necesitas una pick-up para salir a la ruta para realizar viajes largos y algunos caminos off-road, esta camioneta es la más recomendable por su confort de marcha, espacio en el habitáculo y un consumo reducido. Sus rivales tiene otros atributos que superan al producto de la marca alemana pero ninguno está a la altura de la dinámica de la Amarok.

Para conseguir una Volkswagen Amarok Highline Pack 4×4 AT hay que desembolsar (según el precio de lista) unos $570.874-. Llama la atención el valor si se tiene en cuenta que las pick-ups no pagan ningún impuesto adicional, pero esa suma es similar a los tope de gama de sus competidores.