Test: Volkswagen Fox 5p Highline

El modelo más caro de la gama pequeña de VW incorporó un leve restyling, un nuevo motor, una transmisión de seis marchas y el control de estabilidad. Completo, versatil, pero algo caro.

Pruebas | conduciendo | 17/06/2015 | Compartir

La llegada del Volkswagen up! al mercado argentino y los restyling del Gol Trend y el Fox hicieron que la gama pequeña de la marca alemana se modifique en su totalidad. En realidad los grandes cambios se debieron al comienzo de la comercialización del más económico y novedoso, el up!, pero el Fox, al igual que el Gol Trend, recibieron algunas actualizaciones para mantenerse en la competencia de los segmentos más vendidos en el país.

Posicionado en el segmento B y desarrollado en Brasil, el Fox es el modelo más caro de estas tres vedettes de VW. A pesar de estar construído sobre una plataforma de 2003, este vehículo ha recibido algunas modificaciones que me hicieron olvidar (sólo por un tiempo) que, en realidad, necesita un cambio generacional.

Su estética se emparentó con los nuevos automóviles de la firma. La parte delanterá incorporó faros con máscaras negras, la parrilla adelgazó unos centimetros y la zona baja tomó más relevancia con plásticos brillantes y los antinieblas con función cornering. El lateral mantiene las mismas formas pero sumó los acabados cromados y nuevas llantas. Por último, la «cola» tiene nuevas ópticas que invanden la tapa del baúl y son bastante similares a las del Golf , suma una doble salida de escape y la apertura del portón se realiza a traves de la insignia de la marca.

Me parece que los cambios le han dado una nueva frescura al modelo que lo ha puesto a tono con los que ofrece la marca. A decir verdad un «despistado» por ahí no podría diferenciar las modificaciones porque no son tan notorias, pero el usuario (cliente) de este segmento seguramente notará que el Fox ha cambiado con pequeños retoques.

Seguramente, el interior es donde un gran porcentaje de personas no se darán cuenta que están sentados arriba de un «nuevo» Fox. Los cambios son pocos. Lo más destacado del restyling es el renovado volante y la consola central con la incorporación de la pantalla. El instrumental sumó algunas funciones pero sigue teniendo la misma configuración que su antecesor.

La posición de manejo es confortable y, como ya es habitual en el Fox, alta. A pesar de bajar toda la regulación de la butaca siempre vamos a quedar en una postura elevada (una constante en este segmento). Las plazas traseras tienen un espacio correcto para las piernas y excelente para la altura. Dos adultos pueden viajar con total comodidad. Al igual que sus competidores, la calidad de los materiales y los encastres están al nivel MERCOSUR. La capacidad del baúl es de 270 litros, algo reducida pero acorde para lo que pediría un cliente del Fox.

Uno de los cambios más importantes que se dio en este modelo es la incorporación del nuevo motor MSI 1.6 litros, 16 válvulas y 110 caballos de potencia. Si tuviera que elegir un lugar para andar con el Fox, claramente me inclinaría por transitar por rutas y autopistas. Esto no quiere decir que no tenga un buen confort en ciudad, sino que me sorprendió la dinámica y la respuesta que tiene a altas velocidades. Con la inclusión del control de estabilidad (ESP) de serie, el Fox ha mejorado en el tránsito de curvas, aunque aún se siguen notando un poco los vientos laterales.

El mayor «jugo» del impulsor sale cuando supera las 3500 revoluciones por minuto. Por ese motivo en ciudad hay veces que parece algo perezoso pero con el paso de los días le vas encontrando la vuelta a las marchas más bajas. El Fox ha cambiado su dirección y ahora incorpora de serie la Servotronic, es decir, que pasa de hidráulica a eléctrica.

La mecánica se completa con la nueva transmisión de seis marchas con pasos cortos y marcados. La sexta es un alivio para viajar en ruta. A velocidad crucero (120 Km/h.) el motor casi no se escucha y eso se debe a las bajas revoluciones. También con esta caja ha ganado en eficiencia de combustible. El consumo alcanzó casi los diez litros cada cien kilómetros en ciudad y superó por una décimas los ocho litros en ruta, desarrollando la misma distancia.

La prueba se realizó sobre la variante tope de gama (Highline). Por ese motivo, cuenta con un equipamiento de confort que está por encima de la media del segmento. No voy a nombrar todos los ítems pero vale la pena destacar el volante multifunción recubierto en cuero, el techo corredizo, los espejos exteriores eléctricos con posición de estacionamiento, la pedalera en aluminio, el encendido automático de limpiaparabrisas y el control de velocidad crucero. Hay que tener en cuenta que tantas cualidades se reflejan en el valor final. –ver ficha técnica

Pero la gran novedad del equipamiento de serie está en la seguridad. Como siempre lo digo y lo remarco en todos mis pruebas, el control de estabilidad es uno de los mejores inventos para la ayuda a la conducción. Más alla de esta gran incorporación, el Fox lleva de serie sólo dos airbags, control de tracción, ABS con asistente de frenado de urgencia, cuatro cinturones inerciales (el quinto es abdominal), faros antiniebla delanteros y traseros, asistente sonoro para el estacionamiento y arranque en pendientes (HLA). Tampoco trae anclajes isofix para sillas de niños. –ver ficha técnica

Volkswagen ha realizado muchos esfuerzos para darle una vida más al Fox antes de un cambio generacional. El diseño se ha actualizado para seguir los rasgos que suman los nuevos modelos de la firma. La mecánica se renovó con un cumplidor motor de 110CV y una excelenta caja de seis marchas. Su equipamiento de confort supera la media del segmento y el de seguridad suma el «bendito» ESP.

Todo parece color de rosas cuando enumeramos los cambios para este restyling pero… ¿No es hora de ofrecerles algo nuevo a los clientes? Mi conclusión es que el Fox es un gran vehículo para el mercado argentino pero que necesita una renovación. Pero esto no es cuestión sólo de Volkswagen sino de varios de los productos que se comercializan en los segmentos más pequeños. Con sólo enterarme que hay que desembolsar casi $230.000.- para tener un 0km. de este modelo se me pone la piel de gallina.

Repito. El Fox está dentro de los automóviles más confortables y equipados de esta gama, pero (no) me llama la atención que el cliente argentino siga aceptando vehículos que están desarrollados sobre plataformas que superan los diez años de vida.

Por algo celebré cuando Volkswagen comenzó a vender el novedoso up!.