Test: Volkswagen Passat 1.8T SEL Premium

Sin perder su condición de vehículo sobrio, esta versión del reconocido sedán alemán se destaca por combinar un elevado grado de equipamiento con una mecánica rendidora y eficiente a la vez.

Pruebas | conduciendo | 05/11/2014 | Compartir

Cada vez falta menos para el arribo de la octava generación del modelo; sin embargo, para hacer más amena la espera nos ubicamos detrás del volante del actual Volkswagen Passat 1.8T SEL Premium 2014, una variante que además de contar con un muy completo nivel de confort y tecnología, también se destaca por ofrecer una mecánica de buen rendimiento y aún mejor eficiencia.

Fiel a su estilo generacional, y manteniendo su histórica intención de cautivar el gusto de los clientes que buscan un sedán mediano de alta categoría que no llame tanto la atención, este ejemplar porta una apariencia conservadora y de líneas limpias. De hecho, se puede afirmar que a través de todos sus trazados logra confeccionar una postura seria y elegante a la vez. Vale destacar que esta apreciación se ve enfatizada por su parrilla delantera de interesante tamaño y barras cromadas, la silueta de los faros antiniebla y por sus llantas de aleación de 18 pulgadas.

Al margen de estos detalles particulares, el ya repetitivo lenguaje de diseño adoptado por la compañía hace que el Passat pierda un poco su condición de vehículo top para acercarse a los demás integrantes de la gama.

Donde esa categoría de exclusividad vuelve a renacer es en el interior, puesto que al ubicarse dentro de la cabina la sensación de estar abordo de un pequeño coche de lujo se aprecia a cada centímetro. Las terminaciones son de gran calidad y los materiales elegidos le sientan a la perfección. La mayoría de las superficies son suaves al tacto y los detalles en “madera” elevan la categoría. De la misma manera, la gran habitabilidad que hay para los pasajeros mantiene vivo al espíritu de estar ante un modelo de nivel premium. Tanto en las plazas delanteras como en las traseras hay espacio suficiente para ubicar las piernas y acomodarse; incluso si un tercero quisiera ubicarse en el centro de la fila posterior podría hacerlo sin problemas.

Todo este lugar es producto de las 191.6 pulgadas de alto, 72.2 de ancho, 58.5 de alto y, fundamentalmente, de las 110.4 de distancia entre ejes. Para mayor confort, ostenta una capacidad de carga de 15.9 pies cúbicos.

Dada la posición dentro de la oferta de la variante que probamos –1.8T SEL Premium– el nivel de equipamiento es alto y posee elementos tales como espejos externos con memoria y calefacción; control de temperatura automático en dos zonas Climatronic; sistema de navegación RNS 510 con pantalla táctil a color de 6.5″ y disco duro de 30 GB; sistema de audio premium Fender con ocho bocinas; asientos deportivos tapizados en cuero y gamuza; techo solar, butacas delanteras regulables en ocho posiciones eléctricas con apoyo lumbar eléctrico y función de memoria para el conductor; control crucero, encendido remoto, HomeLink, iluminación ambiente interior delantera y trasera.

Para nuestra sorpresa, nos quedamos un poco decepcionados con la lenta respuesta de algunas características electrónicas; como por ejemplo de la cámara de visión trasera, la cual se tomaba varios segundos para comenzar a funcionar una vez que la marcha atrás estaba colocada. Algo similar sucedió al intercambiar los dispositivos en la entrada de audio, que también demoraron más de lo esperado en accionarse.

El apartado de seguridad, por su parte, estuvo dotado de frenos antibloqueo (ABS) con distribución electrónica de presión de frenos (EBD) y asistencia hidráulica de frenado (HBA); sistema inteligente de respuesta en caso de accidentes (ICRS), monitoreo de presión de llantas (TPMS), sistema de protección suplementaria con bolsa de aire frontal y lateral para tórax para el conductor y el pasajero y airbags para la cabeza.

Fuera de todo lo que involucra a la estética, el confort y la tecnología todavía queda por hablar del apartado técnico de este ejemplar, otro de sus puntos fuertes y más ponderables. Esta variante está dotada de un propulsor 1.8T que eroga una potencia máxima de 170 caballos de fuerza a 4.800 a 6.200 rpm, lo que iguala la potencia nominal de la salida de la opción equipada con el motor de 2.5L de cinco cilindros.

El trabajo en conjunto con una precisa transmisión automática de seis velocidades y una dirección asistida electrónica provocaron que el control de vehículo sea el correcto y que la respuesta del acelerador siempre fuese más que satisfactoria, sobre todo cuando utilizamos el modo de conducción Sport, el cual debemos confesar que utilizamos el 90% del tiempo.

Según Volkswagen, la aceleración de 0 a 60 mph estimada se produce en 7,9 segundos, valor que también supera a los 8,7 segundos que necesita el motor de 2.5 litros. Lejos de empañar semejante rendimiento, de acuerdo con las valoraciones EPA, esta configuración ofrece una economía de combustible de 34 mpg en la carretera, 24 mpg en ciudad y 28 mpg en el espectro combinado, lo que la posicionar como uno de los más eficientes de todos.

El segmento de los sedanes medianos es uno de los más competitivos, ya sea en el ámbito local como en el internacional, pero sin dudas el Passat es un buen representante y un modelo a tener en cuenta, ya sea por lo compradores a la hora de elegir su próximo automóvil de cuatro puertas como por las demás compañías al momento de planear sus estrategias de mercado.