Camaro SS vs. Mustang GT

Los clásicos modelos de Chevrolet y Ford se reúnen para una batalla única de comparaciones y números.

Especiales | conduciendo | 26/05/2011 | Compartir

Estos dos automóviles musculosos que han sobrevivido al paso del tiempo se baten a duelo nuevamente, en este caso con sus últimas versiones 2011.

Comenzando por el “alma” de estos deportivos, por parte del Camaro SS se alistan dos motores V8 de 6,2 litros denominados L99 en los vehículos con transmisión automática y el LS3, en los modelos con transmisión manual. Ambos motores derivan del LS3 que debutó en el Corvette 2008. La potencia del primero es de 400 caballos de fuerza y del segundo de 426 CV. El rendimiento del L99 es inferior al del LS3 debido a del sistema de ahorro de combustible. La transmisión de seis velocidades es estándar, mientras que la automática de la misma cantidad de marchas es opcional.

A su vez, el Mustang GT emplea también un V-8 de 5,0 litros de 32 válvulas capaz de ofrecer 412 CV. La transmisión al igual que su rival puede ser manual o automática de seis cambios.

Si bien ambos emplean impulsores de alta cilindrada, en los tiempos que corren se trabaja continuamente para reducir el consumo y las emisiones de CO2. Es por ello que el modelo de la marca del moño para su versión automática recorre 16 millas por galón en ciudad y 25 en carretera. Para la manual, la cifra es de 16 en el transporte citadino y 24 en el extra urbano.

Asimismo, en el Ford las cifras fueron semejantes ya que el consumo con la transmisión automática arroja 18 mpg en ciudad y 25 en carretera. Con caja manual, lo realiza en 17 para áreas urbanas y 26 para extra urbanas.

Sin perder la esencia, estos automóviles cuentan con un diseño moderno pero que no deja de ser tradicional. El Camaro SS tiene proporciones justas con su capó extenso, con una imitación de toma de aire en la parte delantera superior y una inferior de buen tamaño. La cabina para cuatro pasajeros es un equilibrio entre el pasado y el presente. Los instrumentos con los relojes empotrados y el centro de información entre ellos combina modernidad con estilo clásico.

Su rival encierra características similares bajo la premisa de actualizarse pero sin traicionar las líneas de sus antecesores. Se visualizan las insignias 5.0, en los costados, el capó pronunciado, los faros del rediseño de 2010 y líneas que argumentan que la apariencia muscular no ha desaparecido. En su parte frontal, más precisamente en su parrilla, yace el caballo característico que lleva como símbolo.

Teniendo en cuenta que son vehículos deportivos de pura sepa el equipamiento no ha sido dejado de lado. Por parte del Camaro SS, se encuentran frenos a disco en las cuatro ruedas con calibradores Brembo, control de estabilidad y velocidad crucero, llantas de 20 pulgadas, asientos calefaccionados con detalles en cuero y ajuste eléctrico de seis posiciones. El sistema multimedia lo integran la configuración de audio Boston Acoustics con nueve parlantes, Bluetooth, y puerto USB, entre otros.

En tanto, el bólido de la marca del óvalo también puede equiparse de manera opcional con frenos Brembo (como los del Shelby Mustang GT500) y rines de 19 pulgadas. Además, equipa el sistema dirección asistida eléctrica que marca una nueva era en las dinámicas de manejo reduciendo los esfuerzos para estacionar, espejos retrovisores anti-ángulo muerto, sistema Ford Mickey y espejos de cortesía iluminados.

Diseños que vuelven al pasado pero con pinceladas modernas. Motores grandes y livianos. Equipamientos de vehículos de alta gama. El tiempo pasó, el Camaro SS y el Mustang GT ya no son lo que eran, aunque el espíritu y la tradición nunca se han ido.