KTM X-Bow

El fabricante de motocicletas austriaco, incursiona en el mercado automovilístico con el nuevo modelo X-Bow con características que están más asociadas a las dos ruedas que a las cuatro.

Sin categoría | conduciendo | 01/06/2008 | Compartir

El estudio de diseño de Gerald Kiska puede atribuirse el mérito de la forma del vehículo. Proveniente de Salzburgo, ha trabajado estrechamente con KTM desde hace 15 años, y es el responsable no sólo del diseño de las motocicletas, sino también del aspecto de la propia compañía.

Para el concepto del primer automóvil de la marca KTM, Kiska incorporó muchas características que están más asociadas a las motocicletas que a los coches. Los escasos paneles naranja o blancos de la carrocería son «elementos flotantes» que, al igual que ocurre con las motocicletas, sugieren ligereza y simplicidad.

Las presentación en el Salón del Automóvil de Ginebra 2007 supusieron la detonación de salida para la fabricación de este modelo, sin embargo, la producción comenzó el primer semestre del 2008.

Sigue estando previsto producir las primeras 100 unidades como una serie especial exclusiva denominada "Dallara". Estos primeros modelos están vendidos desde hace tiempo y se entregarán con placas donde figurará su numeración consecutiva, además de contar con un equipamiento Premium.

El KTM X-Bow cumple con la homologación Europea para circular en vía pública. Esto ya se ha conseguido para los países de Alemania, Gran Bretaña, Holanda, Suiza y Austria. En países no incluidos en la Unión Europea, este vehículo esta clasificado como vehículo de competición utilizable solo en circuitos cerrados. Por ello esta previsto que cumpla los requisitos de normativa FIA para categoría GT4.

El primer objetivo de desarrollo del KTM X-Bow no fue conseguir unas velocidades finales extremas, sino optimizar la dinámica de conducción. El elemento más esencial de la aerodinámica son los bajos, que están equipados con un prominente difusor en la parte trasera. Para hacer que este difusor trabaje de una forma incluso más eficiente, los puntos de unión de la suspensión trasera fueron colocados lo más alto posible. Esto permite conseguir una fuerza vertical de alrededor de 200 kilos a una velocidad de 200 km/h.

Para optimizar el peso, este monocasco de fibra de carbono puede prescindir de numerosos elementos que normalmente añaden complejidad y peso extra. Por ello, el estrecho deflector de aire hace innecesario un sistema de calefacción o la incorporación de limpiaparabrisas. Además, las puertas tampoco están incluidas en el diseño debido al bajo perfil del vehículo y al extremadamente bajo perfil lateral.

En el interior, el conductor tendrá información en un display situado en la consola central. Los asientos del conductor y acompañante están integrados en el monocasco de fibra de carbono y para ofrecer la mayor ergonomía a conductores de distintas alturas, los pedales son ajustables manualmente.

El KTM X-Bow carece de maletero, sólo existe un compartimiento situados junto al reposapiés del acompañante, donde se pueden fijar dos cascos, los cuales no es obligatorio usarlos aun que la firma austriaca si lo aconseja.

KTM ha contado con Audi AG como socio para desarrollar la unidad motriz. La característica más sobresaliente del motor es su tecnología de inyección directa de gasolina, FSI, combinada con un turbocompresor de escape más un intercooler. El motor de cuatro válvulas por pistón entrega 240 hp a 5.500 rpm, sin embargo, está previsto incorporar variantes incluso más potentes (alrededor de 300 hp) en un futuro cercano.

El TFSI se complementa con una caja de cambios de 6 velocidades suministrada por el grupo VW, y se puede equipar con un diferencial autoblocante mecánico como opcional, aunque en el 2008 se equipa de serie.

Alcanza una velocidad máxima de 217 Km/h y tarda sólo 3.9 segundos en llegar a los 100 Km/h, mismo tiempo que un Lotus 2-Eleven, que tiene una relación entre peso y potencia mejor, y sólo 1 segundo más que un Lamborghini Murciélago.