Volvo C30

La empresa perteneciente al grupo Ford ha concebido un compacto deportivo.

Pruebas | conduciendo | 08/08/2007 | Compartir

La estrategia de Volvo para el siglo XXI contiene una variedad sin precedentes de modelos. A los actuales se sumarán el XC60, una suerte de X3 para BMW, y un coupé grande, similar al Jaguar XK. Incluso se rumorea que podría utilizar la plataforma de éste (ambos fabricantes pertenecen al conglomerado americano). Pero la guerra ya ha comenzado. La primera declaración contra Alemania fue el S40. Este sedán mediano de finales de los noventa cosechó un público más jovial e introdujo al mercado una nueva manera de ver los automóviles Volvo.

El C30, además de ser el más pequeño de la familia, responde a las características del público joven. En su diseño se conjugaron varios factores: el frontal lo hereda del actual S40, pero la sección trasera remite directamente el 480 Turbo, un modelo pequeño y deportivo que tuvo su momento en los años ochenta. Resta puntos la lona que tapa el maletero. Poco práctica, complica el poner y sacar objetos medianos. Cierran el conjunto, deflectores delanteros y laterales, y un alerón trasero. Elementos disponibles como opcionales en los motores más pequeños, y de serie en el T5 (tope de gama).

El andar del C30 con motor de cinco cilindros es satisfactorio y enérgico. La potencia se expresa a los neumáticos delanteros e impulsa al compacto de Volvo a prestaciones encantadoras. Hasta 60 millas en 7.8 segundos, y una máxima de 143 millas por hora.
Las suspensiones son rígidas pero no incomodan a los pasajeros. Son ideales en tramos virados y rápidos.

El motor responde sin mostrar fatiga; por encima de las 3000 rpm, el turbocompresor inyecta la mayor presión de aire a los cilindros, obteniendo resultados inesperados en un Volvo. Por su parte, el block (de 2.5 litros) genera su propia potencia específica, y si bien la transmisión de potencia es retardada por la caja de velocidades, la fuerza está presente. Con cinco relaciones preestablecidas, el comando automático posee una opción secuencial para pasar las velocidades. No posee la agilidad de una secuencial (como la DSG de Audi, o SMG de BMW) pero conforma al conductor sin olvidar la esencia de la marca escandinava.

Para el interior, la practicidad y comodidad son palabras usuales. Presenta materiales de alta calidad de confección e instalación. La plancha central de entretenimiento —audio y climatización— posee una inusual distribución. Forrada en aluminio, llama la atención el espacio que permite en la parte trasera del mismo. Las butacas son de cuero y la del conductor se regula electrónicamente. Las traseras son acotadas y sólo permite a dos ocupantes viajar en ellas (dispone únicamente de dos cinturones).

Los motivos son variados: además de la comodidad, la seguridad en Volvo no debe ser olvidada y enfrentado un choque lateral, los airbags laterales protegen mejor a dos que a tres pasajeros. Además fue la mejor manera de mantener un baúl mediano.

El apartado en seguridad lo completan bolsas de aire frontales, laterales de tórax y los nombrados de cortina. También dispone de control de estabilidad y tracción. Es válido recordar las cinco estrellas obtenidas en los organismos de seguridad, como el EuroNcap y el NHTSA (americano).

El C30 resulta ideal para el mismo público que se inclina por un BMW Serie 1 y Audi A3. En los ojos de los compradores estarán los volúmenes de venta, ya que las prestaciones son acordes en el trío.